El segundo libro de Samuel
(11:1 a 12:25) cuenta la historia de su adulterio con el rey David y el
subsecuente asesinato de Urías para ocultar su culpa y la identidad del
padre de la criatura que Betsabé llevaba en su vientre. Sin embargo, el
plan de los amantes fracasa cuando Dios denuncia a David por medio de
la parábola que enuncia el profeta Natán"¿Por
qué has despreciado la palabra de Dios, para hacer lo que es malo a sus
ojos? Has herido a Urías, el hitita, con la espada y has tomado a su
esposa para ser tu esposa" (2 Samuel 12:9)
A pesar de haber sido perdonados por Dios y salvados de la condena a
muerte por este crimen, el primer hijo del rey y Betsabé muere a los 7
días y se sucede una cadena de intrigas, asesinatos y luchas internas
(incluyendo una guerra civil) que plagan la vida posterior de David como
un castigo adicional que le impone Dios.
Del enlace entre Betsabé y el rey David surgen finalmente tres hijos,
de entre los que destaca el que sería el último rey de Israel, Salomón.